LOS NUEVOS AMOS DE ESPAÑA

Pyre INFO 008.- Una nueva oligarquía ha nacido, más discreta que la oligarquía de los terratenientes y los multimillonarios de antaño, pero no por ello menos influyente. Son los dueños de España. Junto a ellos, la clase política, no forman más que el conjunto de chicos de los recados. Ellos mandan verdaderamente en España: la plutocracia, el poder del dinero. Florentino Pérez, José María Entrecanales, las hermanas Koplowitz, Emilio Botín, Luis del Rivero, Antoni Brufau... En opinión del autor de este libro, estamos ante una nueva clase social de propietarios que controla la estructura económica del país; una aristocracia que ha pactado con el poder político y que mueve los hilos del dinero desde la banca, la construcción, la Bolsa y los conglomerados industriales.
¿Cómo hemos llegado hasta aquí? ¿Ha sido el desarrollo económico de España un verdadero «milagro»? ¿No cabe acaso explicar lo sucedido en las últimas décadas con argumentos racionales? ¿Quiénes fueron preparando el camino para convertirse hoy en los nuevos amos de España?
Para Carlos Sánchez, milagros ha habido pocos. Sí, en cambio, decisiones políticas, corrientes de libertad económica, intereses y grupos de presión que han echado abajo los restos del régimen franquista y configurado un determinado modelo de país. En veinticinco años España ha pasado de ser un «cero a la izquierda» en el concierto mundial a una de las economías más potentes. En estas páginas se explica cómo, y también se habla con detalle de los artífices que lo han hecho posible.
Fragmentos de esta obra:
PRÓLOGO
Se quejaba hace algún tiempo el profesor Tortella de que se ha abusado hasta la saciedad del uso de la palabra «revolución». Se habla de la revolución tecnológica, de la revolución sexual, de la revolución de la mujer, de la revolución de las ideas... En el franquismo, incluso, se hablaba de la revolución silenciosa. Y hasta en la televisión se pueden ver anuncios en los que se prometen revolucionarios métodos de adelgazamiento o de limpieza de cutis. Nunca en la historia del hombre ha habido tantas revoluciones en marcha.
Algo parecido ha ocurrido con el vocablo «milagro». En las décadas de los sesenta y setenta se hablaba del milagro japonés, y, más recientemente, del milagro irlandés o del milagro español, en-tendida esta expresión como una especie de gran salto adelante en el desarrollo económico de un país. «Milagro», según la definición de la Academia de la Lengua, tiene dos acepciones. La primera se circunscribe a un hecho no explicable por las leyes naturales, por lo que se atribuye a una intervención sobrenatural o de origen di-vino. La segunda se refiere a la existencia de un suceso o cosa rara, extraordinaria y maravillosa. La primera de las definiciones excluye, por lo tanto, cualquier racionalidad, cualquier explicación científica, en el hecho presuntamente milagroso. Y es entonces cuando surge la duda. ¿Por qué se habla de milagro español cuando en realidad se puede explicar lo sucedido con argumentos racionales?
Quizá se deba a los excesos verbales inherentes a la condición humana. Lo que pretende este libro es, precisamente, explicar por qué España ha llegado a ser lo que es hoy en términos económicos sin acudir a argumentos ajenos a la voluntad de los hombres. Explicar por qué una nación que hace poco más de veinticinco años era un cero a la izquierda en el concierto mundial es hoy una de las economías más potentes. Explicar, en última instancia, los fundamentos sobre los que se asienta la nueva aristocracia eco-nómica que gobierna este país.
A menudo se tiende a pensar que los grandes acontecimientos son fruto de una lógica racional, pero la realidad es muy distinta. Detrás de cada decisión política y económica hay individuos, hay intereses, hay grupos de presión capaces de manejar a su antojo los hilos de la Historia. Y son actores que, desde luego, no aplican ninguna lógica.
España no es hoy como se presenta ante nosotros por una cuestión de azar. España es así porque en un tiempo anterior se adoptaron decisiones que han configurado un determinado modelo de país. Esas decisiones de política económica son las que han dibujado los perfiles actuales. Milagros, por lo tanto, ha habido pocos.
Lo que sí ha soplado es una formidable corriente de libertad económica que ha acabado por echar abajo los restos del antiguo régimen franquista. Una corriente que, al mismo tiempo, ha arrinconado al Estado hasta situarlo en posiciones residuales en la actividad empresarial. Es verdad que el gasto público en relación al Producto Interior Bruto se encuentra en niveles históricamente altos gracias a la universalización de determinadas prestaciones sociales (pensiones, sanidad o educación), pero no es menos cierto que nunca la presencia del Estado en la actividad meramente empresarial ha sido tan raquítica.
Las privatizaciones tienen mucho que ver con este fenómeno, pero también la política de concesiones, que ha alejado a los poderes públicos de la prestación de determinados servicios. Esas funciones, que históricamente habían sido asumidas por el Estado -como la construcción de carreteras, los hospitales o las prisiones-, son las que realizan hoy las empresas beneficiadas por este ingente proceso de privatizaciones en el sentido más amplio de la palabra. Son los nuevos poderes «públicos».
De eso trata este libro: de cómo ha emergido una nueva clase social de propietarios que controla la estructura económica del país gracias a ese formidable proceso de enajenaciones. Se trata de un proceso histórico notable. En los últimos doscientos años de historia nunca hubo en España una aristocracia económica de estas características. Ni durante la explosión del mercantilismo que se pro-dujo en el periodo isabelino ni durante la Restauración canovista. Tampoco durante la Dictadura de Primo de Rivera ni durante el franquismo, y mucho menos durante la II República.
Es evidente que siempre ha habido burgueses, élites económicas cercanas al poder y con una capacidad de influencia verdaderamente descomunal, pero en esas ocasiones los poderosos no eran más que una prolongación de la Corona o del dictador de turno. En los últimos años, por el contrario, ha emergido una nueva cla-se que tiene unos orígenes ciertos. Surge cuando los gobiernos lanzan una nueva desamortización que pone a disposición de un puñado de empresarios una ingente cantidad de recursos que hasta ese momento pertenecían a la esfera de lo público. También, cuando se decide adoptar un determinado patrón de crecimiento que pasa por destinar ingentes recursos públicos a la construcción de infraestructuras al calor de los bajos tipos de interés reales. Y, en fin, nace cuando se abraza el viejo lema de Ortega: «España es el problema; Europa la solución». Sin el paraguas de la Unión Europea, España no sería ni la sombra de lo que es.
Un comentario sobre la obra
«Los nuevos amos de España han relevado al Estado en el control económico del país»
M. C. @ EL MUNDO
MADRID.- En los últimos años, una nueva clase social, formada por un pequeño grupo de empresarios que mueve los hilos económicos y empresariales del país, ha emergido en España. Son los Entrecanales, las Koplowitz, los del Rivero o los Botín, entre otros, los que se han beneficiado de un nuevo escenario económico.
El periodista y escritor Carlos Sánchez, miembro de la redacción fundadora de EL MUNDO -donde fue jefe de sección de Economía y redactor jefe de Nacional- y actual subdirector del diario on line El Confidencial, relata en su último libro Los Nuevos Amos de España, editado por La Esfera de los Libros, cómo nuestro país se ha convertido en una de las economías más potentes gracias a estos «nuevos ricos».
Pregunta.- ¿Por qué surge lo que usted denomina una «nueva clase empresarial»?
Respuesta.- Se trata de una aristocracia económica que ha emergido en un nuevo escenario económico que no existía antes. Surge por el fuerte crecimiento económico de los últimos años y porque el Estado se ha retirado de muchas actividades empresariales que antes ejercía. Es decir, la liberalización económica ha creado una nueva burguesía impensable hace 30 años.
P.- ¿En su opinión, quién se ha beneficiado más de esta situación?
R.- Sobre todo empresas concesionarias de servicios públicos, básicamente en manos de las constructoras, que son hoy las que, de alguna manera, controlan el país.
P.- En su libro menciona apellidos precisamente muy relacionados con ese sector, como Entrecanales, Pérez (Florentino), Del Rivero, Koplowitz...
R.- Los nombres son lo de menos, ya que el libro no habla de individuos, sino que explica por qué y cómo se ha llegado a esta situación. Por ejemplo, Amancio Ortega ha podido construir su fortuna gracias a un proceso macroeconómico que le ha permitido importar textil de China. Probablemente, si Ortega hubiera querido montar Zara en los años 50, no lo hubiera podido hacer.
P.- ¿Verdaderamente estas personas controlan la economía del país?
R.- Sí. Antes era el Estado o las empresas públicas los que manejaban el día a día de la economía española. Hoy son empresas con nombres y apellidos. El proceso de desamortización de España ha sido de los más importantes del mundo.
P.- ¿Surgirán «nuevos amos del país» en el futuro?
R.- Va a ser difícil, no creo que se den unos cambios tan radicales como los producidos hace 15 años.
0 comentarios